Hoy contestan: Diana y Alejandro Caballero, de Ypacarai, Paraguay, encargados de la Pastoral del Santuario de Tupãrenda •
A medio año de peregrinar por el segundo siglo de la Alianza de Amor… ¿Cómo sueña este Schoenstatt en su ser, en su estar en la iglesia y en el mundo, y en su quehacer?
Soñamos con un Movimiento de Schoenstatt que sigue saliendo al encuentro de tanta gente necesitada de estar en cercanía de la Mater para que reciban su bendición y protección.
Que los peregrinos puedan experimentar las gracias del Santuario y desde esta vinculación forjar a hombres nuevos para soñar con una sociedad, con un mundo mejor. Que a su vez vayamos sumando cada vez más experiencias que convenzan a otros peregrinos a querer estar en brazos de la Mater. Sin dudas decir Schoenstatt es decir lugar hermoso, o como solemos decir de Tupãrenda: pedazo de cielo aquí en la tierra; que ya empecemos de la mano de María y del Movimento a experimentar momentos de cielo aquí en la tierra.
Para llegar a cumplir este sueño, ¿qué tenemos que evitar o dejar?
Seguir autoeducándonos para que nuestras fuerzas y fe se vayan acrecentando. Como Schoenstattianos lo que más nos caracteriza es nuestro estilo de vida. Más allá de las palabras somos personas que, bajo la protección de María, queremos llegar a ser personalidades libres, firmes y sacerdotales, acudir constantemente a la fuente de gracias que es el Santuario.
Para llegar a cumplir este sueño, ¿qué pasos concretos debemos dar?
Como llave que abre puertas, vivir plenamente la Alianza de Amor sellada con la Santísima Virgen, que seamos instrumentos suyos en cada apostolado que realicemos; demos nuestro sí honesto y Ella es la que actuará. El gran desafío es ser instrumentos en sus manos para que obre a través de nosotros en tantas familias y que puedan experimentar el gran amor de nuestra aliada, nuestra querida MTA.
