Publicado el 2016-04-10 In Francisco - Mensaje

¡Caminemos, familias; sigamos caminando!

Por Maria Fischer •

«Llenos de alegría y de amor lo estamos leyendo», comenta Rolf Huber, de Paraguay, del grupo fundador de la Pastoral de la Esperanza, para separados en nueva unión, a pocos minutos de recibir el texto de «Amoris Leatitiae», aun durante la transmisión de la Conferencia de Prensa en la Oficina de Prensa del Vaticano, donde un Cardenal Cristoph Schönborn, radiante de alegría, presenta la Exhortación apostólica post-sinodal sobre el amor en la familia, contestando a un periodista que preguntaba por el mensaje más importante del Papa Francisco acerca de este texto: «Léanlo. Léanlo por favor.»

Este 9 de abril el Papa Francisco ha regalado a todas las familias, a todos nosotros, su mensaje sobre la alegría en el amor, sobre el amor en la familia.

Lo enviaba a los obispos del mundo con una breve nota, escrita de puño y letra, diciendo:

Invocando la protección de la Sagrada Familia de Nazaret, me complazco de enviarle mi Exhortación “Amoris laetitia” por el bien de todas las familias y de todas las personas, jóvenes y ancianas, confiadas a su ministerio pastoral.

Unidos en el Señor Jesús, con María y José, le pido que no se olvide de rezar por mí.

«La tarde del 13 de marzo de 2013, las primeras palabras que el Papa recién elegido, Francisco, dirigió a las personas en la plaza de San Pedro y a todo el mundo fueron: ‘Buenas tardes’. Tan sencillos como este saludo son el lenguaje y el estilo del nuevo texto del Papa Francisco. La Exhortación no es tan breve como este simple saludo, pero sí tan realista. En estas 200 páginas, el Papa Francisco habla de ‘amor en la familia’ y lo hace de una forma tan concreta y tan sencilla, con palabras que calientan el corazón, como las de aquel buenas tardes del 13 de marzo de 2013. Éste es su estilo, y él espera que se hable de las cosas de la vida de la manera más concreta posible, sobre todo si se trata de la familia, de una de las realidades más elementales de la vida.» – Así fue como el Cardenal Christoph Schönborn, de Viena, Austria, comenzaba su presentación del texto.

Desde los periodistas, en sus primeras reacciones, hasta un grupo de la Federación de Familias de Alemania reunidas esta misma noche, hubo una fuerte y alegre repercusión: Es un lenguaje sencillo y concreto, se entiende y alegra…

Mons. Baldisseri y Mons. Schönborn en la Conferencia de Prensa

Desde la vida real

El jesuita P. Guillermo Ortiz, de Radio Vaticano, lo resume de manera magistral:

«La Exhortación apostólica Amoris laetitia quiere confirmar con fuerza no el “ideal abstracto” de la familia, sino su realidad rica y compleja. Hay en sus páginas una mirada abierta, profundamente positiva, que se nutre no de abstracciones o proyecciones ideales, sino de una atención pastoral a la realidad. El documento es una lectura densa de sugerencias espirituales y de sabiduría práctica, útil a cada pareja humana o a personas que desean construir una familia. Se ve, sobretodo, que es fruto de una experiencia concreta con personas que saben por experiencia qué es la familia y el vivir juntos por muchos años. La Exhortación habla de hecho el lenguaje de la experiencia.»

Más allá de un mensaje sobre el amor en la familia,  es una clase de comunicación de una iglesia en salida misionera misericordiosa, en comunicación a la altura del siglo XXI.

El Cardenal Schönborn la aplica al explicarlo:

«Permítanme relatarles una experiencia del Sínodo de octubre pasado: Que yo sepa, dos de los trece ‘circuli minores’ comenzaron su trabajo haciendo que cada participante contase su propia situación familiar. Pronto se descubrió que casi todos los obispos o los otros participantes del ‘circulus minor’ enfrentaban, en sus familias, los temas, las preocupaciones, las ‘irregularidades’ de las cuales, nosotros en el Sínodo, habíamos hablado de forma algo abstracta. El Papa Francisco nos invita a hablar de nuestras familias ‘tal cual son’ .Y ahora, lo magnífico del camino sinodal y de su proseguimiento con el Papa Francisco: Este sobrio realismo sobre las familias ‘tal cual son’ ¡no nos aleja para nada del ideal! Por el contrario: el Papa Francisco consigue con el trabajo de ambos Sínodos situar a las familias en una perspectiva positiva, profundamente rica de esperanzas. Pero esta perspectiva alentadora sobre las familias exige esa ‘conversión pastoral’ de la que hablaba Evangelii gaudium de una manera tan emocionante. El siguiente párrafo de Amoris laetitia recalca las líneas directrices de esa ‘conversión pastoral’:

‘Durante mucho tiempo creímos que con sólo insistir en cuestiones doctrinales, bioéticas y morales, sin motivar la apertura a la gracia, ya sosteníamos suficientemente a las familias, consolidábamos el vínculo de los esposos y llenábamos de sentido sus vidas compartidas. Tenemos dificultad para presentar al matrimonio más como un camino dinámico de desarrollo y realización que como un peso a soportar toda la vida. También nos cuesta dejar espacio a la conciencia de los fieles, que muchas veces responden lo mejor posible al Evangelio en medio de sus límites y pueden desarrollar su propio discernimiento ante situaciones donde se rompen todos los esquemas. Estamos llamados a formar las conciencias, pero no a pretender sustituirlas. (AL 37).’

El Papa Francisco habla de una profunda confianza en los corazones y en la nostalgia de los seres humanos. Se percibe aquí la gran tradición educacional de la Compañía de Jesús a la responsabilidad personal. Habla de dos peligros contrarios: El «laissez-faire» y la obsesión de querer controlar y dominar todo. Por un lado es cierto que «la familia no puede renunciar a ser lugar de sostén, de acompañamiento, de guía…Siempre hace falta una vigilancia. El abandono nunca es sano.»(AL 260).

Pero la vigilancia puede volverse también exagerada: “Pero la obsesión no es educativa, y no se puede tener un control de todas las situaciones por las que podría llegar a pasar un hijo (…) Si un padre está obsesionado por saber dónde está su hijo y por controlar todos sus movimientos, sólo buscará dominar su espacio. De ese modo no lo educará, no lo fortalecerá, no lo preparará para enfrentar los desafíos. Lo que interesa sobre todo es generar en el hijo, con mucho amor, procesos de maduración de su libertad, de capacitación, de crecimiento integral, de cultivo de la auténtica autonomía”(AL 261). Encuentro muy iluminante poner en conexión este pensamiento sobre la educación con aquellos relacionados con la praxis pastoral de la Iglesia.»

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Misericordia pastoral

Explica el Card. Schoenborn:

«El Papa Francisco ha conseguido hablar de todas las situaciones sin catalogar, sin categorizar, con esa mirada fundamental de benevolencia que tiene algo que ver con el corazón de Dios, con los ojos de Jesús, que no excluyen a nadie (AL 297), que acogen a todos y a todos conceden la «alegría del Evangelio». Por eso la lectura de Amoris Laetitia es tan reconfortante. Nadie debe sentirse condenado, nadie despreciado. En este clima de acogida, la enseñanza de la visión cristiana del matrimonio y de la familia, se convierte en invitación, estímulo, alegría del amor en la que podemos creer y que no excluye, verdadera y sinceramente, a nadie. Por eso, para mí Amoris laetitia es sobre todo, y en primer lugar, un «acontecimiento lingüístico», como lo fue Evangelii gaudium. Algo ha cambiado en la enseñanza eclesial. Este cambio de lenguaje se percibía ya durante el camino sinodal. Entre las dos sesiones sinodales de octubre de 2014 y octubre de 2015 se puede ver claramente cómo el tono se haya enriquecido en estima, como se hayan aceptado sencillamente las diversas situaciones de la vida, sin juzgarlas ni condenarlas inmediatamente. En Amoris laetitia ha pasado a ser el tono lingüístico constante. Detrás de ésto no hay, por supuesto, solamente una opción lingüística, sino un profundo respeto ante cada persona que nunca es, en primer lugar, un «caso problemático» , una «categoría», sino un ser humano inconfundible , con su historia y su camino con y hacia Dios. En Evangelii gaudium el Papa Francisco decía que deberíamos quitarnos los zapatos ante la tierra sagrada del otro (EG 36). Esta actitud fundamental atraviesa la entera exhortación. Y es también la razón más profunda para las otras dos palabras clave: discernir y acompañar. Estas palabras no se aplican únicamente a las «situaciones llamadas irregulares» (Francisco hace hincapié en este ¡»las llamadas»!), sino que valen para todas las personas, para cada matrimonio, para cada familia. Todas, de hecho, están en camino, y todas necesitan «discernimiento» y «acompañamiento».

Pedagogia de confianza

Para Ingeborg y Richard Sickinger, de Austria, «todo el texto respira la pedagogía de ideal y la pedagogía de confianza. Nos afirma en lo que hacemos en Austria», dicen, «y nos exige ponernos aun más al servicio de las familias.»

El Papa Francisco confía en la “alegría del amor.” El amor debe encontrar el camino. Es la brújula que nos indica el camino. Es la meta y el camino mismo. Porque Dios es amor y porque el amor es de Dios. Nada es tan exigente como el amor. El amor no se puede comprar. Por ésto nadie debe temer que el Papa Francisco nos invite, con “Amoris Laetitia”, a un camino demasiado fácil. “El camino no es fácil pero es pleno de alegría”, destaca el Cardenal Schoenborn.

En el párrafo conclusivo el Papa afirma: “ninguna familia es una realidad perfecta y confeccionada de una vez para siempre, sino que requiere una progresiva maduración de su capacidad de amar (…). Todos estamos llamados a mantener viva la tensión hacia un más allá de nosotros mismos y de nuestros límites, y cada familia debe vivir en ese estímulo constante. ¡Caminemos familias, sigamos caminando! (…) No desesperemos por nuestros límites, pero tampoco renunciemos a buscar la plenitud de amor y de comunión que se nos ha prometido” (AL 325).

Queda la invitación de leer el texto, meditarlo, hacerlo suyo…

¿Cual es su párrafo preferido?

Exhortación apostólica postsinodal Amoris Laetitia del Santo Padre Francisco

Exhortación apostólica postsinodal Amoris Laetitia del Santo Padre Francisco, en PDF

Presentación de Amoris Laetitiae en la Conferencia de Prensa, con texto completo del discurso del Cardenal Schönborn

Síntesis de Amoris Laetitia

 

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