Publicado el 2016-02-14 In Francisco - Mensaje

Como dicho a nosotros: Francisco sobre… la maternidad de la Iglesia y el «acoger como Padre»

FRANCISCO SEMANA A SEMANA (4) •

La cita de esta semana la sacamos del Discurso del Santo Padre Francisco en el Encuentro con los Misioneros de la Misericordia, el 9 de febrero de 2016 (texto completo).

Leamos, escuchemos esta semana el mensaje dicho a los sacerdotes enviados como Misioneros de la Misericordia, como dicho a nosotros, un Movimiento fundando entre jóvenes con el anhelo de ser sacerdotes y con una gran cantidad de sacerdotes en nuestras comunidades y entre nuestros peregrinos. Un Movimiento también que quiere asemejarse a María, la Madre del Señor y Madre de todos los hombres, modelo y personificación de la Iglesia Madre, y que ha dedicado su Santuario Internacional en Roma a la «Madre de la Iglesia» y a la «Madre Iglesia».

Un Movimiento también que con orgullo llama «Padre» a su fundador y que quiere formar padres paternales…

Dejemos interpelarnos por las palabras del Santo Padre en nuestro ser, estar y quehacer.

Antes de nada deseo recordaros que en este ministerio estáis llamados a expresar la maternidad de la Iglesia. La Iglesia es Madre porque siempre genera nuevos hijos en la fe; la Iglesia es Madre porque nutre la fe; y la Iglesia es Madre también porque ofrece el perdón de Dios, regenerando a una nueva vida, fruto de la conversión.

No podemos correr el riesgo de que un penitente no perciba la presencia materna de la Iglesia que lo acoge y lo ama. Si faltara esta percepción, debido a nuestra rigidez, sería un daño grave en primer lugar para la fe misma, porque impediría al penitente considerarse incluido en el Cuerpo de Cristo. Además, limitaría mucho su sentirse parte de una comunidad. En cambio, nosotros estamos llamados a ser expresión viva de la Iglesia que, como Madre, acoge a quien se acerque a ella, sabiendo que a través de ella es incluido en Cristo.

Al entrar en el confesionario, recordemos siempre que es Cristo quien acoge, es Cristo quien escucha, es Cristo quien perdona, es Cristo quien da paz. Nosotros somos sus ministros, y siempre necesitamos ser perdonados por Él primero. Por lo tanto, sea cual fuere el pecado que se confiese — o que la persona no se atreve a decir pero con que lo dé a entender es suficiente— cada misionero está llamado a recordar la propia existencia de pecador y a ofrecerse humildemente como «canal» de la misericordia de Dios. Y, os confieso fraternalmente, que para mí es una fuente de alegría la confesión del 21 de septiembre del 53, que reorientó mi vida. ¿Qué me dijo el sacerdote? No lo recuerdo. Recuerdo una sonrisa, y luego no sé qué pasó. Pero es acoger como Padre…».

Unbenannt1

Contemplaremos este mensaje según lo que conocemos del Padre Kentenich:

  • ¿Qué es lo que Francisco me dice a mí, nos dice a nosotros como sacerdotes, como Padres, padres de familia, ejecutivos-padres en los lugares de trabajo, en el ámbito político y social?
  • ¿Qué es lo que me digo a mí en respuesta?
  • ¿Qué es lo que contesto a Francisco, en alianza solidaria, como respuesta?

Invitamos a hacerlo, pues estamos convencidos de que Dios nos habla por Francisco.

Invitamos a entrar en diálogo con Francisco, diálogo que crea encuentro, cultura de encuentro, que es cultura de alianza.

Invitamos y abrimos el espacio para entrar en diálogo, dejando sus respuestas como comentario debajo de este artículo…y contestando a los que escriben sus respuestas.

Etiquetas: , , , , , , , ,

1 Responses

  1. P. Esteban Casquero dice:

    Humildemente quisiera comentar estas palabras del Papa o mejor dicho aportar mi corta experiencia en el sacramento de la Misericordia: En el tiempo de Seminario uno veía con temor y temblor el momento de encontrarse con otro/a en la confesión. Temos de las palabras que uno tendría q aconsejar, de las palabras de consuelo… Etc. Llegó el momento y con la estola morada enfrenté el corazón del hermano. Y en realidad experimenté algo inverso… Fue como entrar en la vida del otro en punta de pie! Palpar en el alma el paso de Dios y la lastimadura del Demonio. Y ver como trabaja el Padre Dios» reparando y sanando. Hubo en mi vida un sacerdote q me enseñó, me aconsejó y nos mostró el camino de la misericordia (gracias P. Guillermo Durán) tus sabias palabras y consejos me siguen iluminando! Pero hay algo mas que aprendí… Abrazar al hermano que está desarmado, maltrecho, lastimado. Y me imagino la imagen de la Virgencita de Luján (patrona del pueblo argentino) hace muchos años se le colocó una malla de plata que la contiene, que abraza su greda. Y así ella sigue de pie! La experiencia de la misericordia y el abrazo de Padre es algo que me sigue conmoviendo. Como decía nuestro PK «una sana cercania y lejanía a la vez»… La misericordia, la misión sacerdotal trae consigo contener al prójimo, amarlo en su miseria y compartir nuestra miseria de greda con ellos. Nosotros misericordiamos porque Dios nos misericordió primero, nos contuvo con su abrazo de Padre-Madre y pide que hagamos lo mismo con los demás! Gracias Mater porque vos también nos abrazas y contienes cerca de tu corazón donde escuchamos el susurro de Dios que nos dice: «Eres mi hijo muy amado!» Señor que pueda ser un digno y fiel instrumento de tu misericordia.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *