Publicado el 2015-10-15 In Francisco - Mensaje

Construir una iglesia en salida

PAPA FRANCISCO A LOS MISIONEROS •

El papa Francisco sorprendió con un mensaje a los más de 3.000 jóvenes y adultos que participan en Santiago del Estero del IV Encuentro Nacional de Grupos Misioneros, a quienes animó a “seguir construyendo una Iglesia en salida, unos grupos solidarios que trabajan para comunicar esta alegría que el Señor ha puesto en nuestros corazones”.

Francisco les recordó a los participantes reunidos en el club Quimsa que “para ser misionero, antes de anunciar, de comunicar, es necesario ver. Ver a ese Jesús que se ha hecho pequeño para alcanzar nuestra debilidad, que ha asumido nuestra carne mortal, para revestirla de su inmortalidad y que viene cotidianamente a nuestro encuentro, para caminar con nosotros y tendernos su mano amiga en la dificultad”.

“No dejen de rezar, de rezar los unos por los otros, de sostenerse mutuamente con la oración, y verán cómo Jesús, por medio de ustedes, y a pesar de su debilidad, obrará maravillas ante todos los puebñlos”, sostuvo.

Francisco también les pidió que aprendan “a mirar como Jesús. Una mirada de ternura, de comprensión y de misericordia que nos lleve a tocar las llagas del Señor en la carne de nuestros hermanos necesitados. Ver a Jesús en el otro purifica el corazón, liberándolo del egoísmo, de toda segunda intención, de todo deseo mundano”.

Texto completo

Queridos hermanos:

Los saludo con afecto y me uno espiritualmente a la celebración de ese IV Encuentro Nacional de Grupos Misioneros. Ojalá recordemos siempre que no podemos mostrar a los demás lo que nosotros mismos no hemos visto ni oído. Por eso, para ser misionero, antes de anunciar, de comunicar, es necesario ver. Ver a ese Jesús que se ha hecho pequeño para alcanzar nuestra debilidad, que ha asumido nuestra carne mortal, para revestirla de su inmortalidad y que viene cotidianamente a nuestro encuentro, para caminar con nosotros y tendernos su mano amiga en la dificultad.

Queridos hermanos, no olviden nunca el llamado, el primer encuentro con Jesús, el gozo con el que recibieron ustedes el primer anuncio, tal vez de sus padres, de sus abuelos, de sus catequistas o maestros. Y no dejen de rezar, de rezar los unos por los otros, de sostenerse mutuamente con la oración, y verán como Jesús, por medio de ustedes, y a pesar de su debilidad, obrará maravillas ante todos los pueblos.

No olviden tampoco que la misión, además de ser una pasión por Jesús, es una pasión por su pueblo. Dejémonos mirar por Jesús, pero aprendamos también a mirar como Jesús. Una mirada de ternura, de comprensión y de misericordia que nos lleve a tocar las llagas del Señor en la carne de nuestros hermanos necesitados. Ver a Jesús en el otro purifica el corazón, liberándolo del egoísmo, de toda segunda intención, de todo deseo mundano.

Espero que estas breves reflexiones los animen a seguir construyendo una Iglesia en salida, unos grupos solidarios que trabajan para comunicar esta alegría que el Señor ha puesto en nuestros corazones.+

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