Publicado el 2015-05-31 In Francisco - Mensaje

Llamados a virir los unos con los otros, por los otros y en los otros

«Estamos llamados a vivir, pero no los unos sin los otros, por arriba o contra los demás, sino los unos con los otros, por los otros y en los otros«, subrayó el Papa durante su catequesis, en una mañana soleada, desde su balcón en el Palacio Apostólico, en el Domingo de la Santisima Trinidad. Son las mismas palabras con las que el Padre Kentenich definía el amor: uno en el otro, con el otro, para el otro.

Texto completo

«¡Queridos hermanos y hermanas, buenos días! Y ¡Buen domingo!

Hoy celebramos la fiesta de la Santísima Trinidad, que nos recuerda el misterio del único Dios en tres Personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. La Trinidad es comunión de Personas divinas, las cuales son una con la otra, una para la otra y una en la otra: esta comunión es la vida de Dios, el misterio de amor del Dios Vivo. Y Jesús nos ha enseñado este misterio. Él nos ha hablado de Dios como Padre; nos ha hablado del Espíritu; y nos ha hablado de Sí mismo como Hijo de Dios. Y así nos ha revelado este misterio.  Y cuando, resucitado, ha enviado a los discípulos a evangelizar a todos los pueblos  les dijo que los bautizaran «en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mt 28,19)

Este mandato, Cristo lo encomienda en todo tiempo a la Iglesia, que ha heredado de los Apóstoles el mandato misionero. Lo dirige también a cada uno de nosotros, que, gracias al Bautismo, formamos parte de su Comunidad.

Por lo tanto, la solemnidad litúrgica de hoy, al tiempo que nos hace contemplar el misterio estupendo – del cual provenimos y hacia el cual vamos – nos renueva la misión de vivir la comunión con Dios y vivir la comunión entre nosotros, sobre el modelo de esa comunión de Dios. No estamos llamados a vivir ‘los unos sin los otros, encima o contra los otros’, sino ‘los unos con los otros, por los otros y en los otros’. Ello significa acoger y testimoniar concordes la belleza del Evangelio; vivir el amor recíproco y hacia todos, compartiendo alegrías y sufrimientos, aprendiendo a pedir y conceder el perdón, valorizando los diversos carismas, bajo la guía de los Pastores. En una palabra, se nos encomienda la tarea de edificar comunidades eclesiales que sean cada vez más familia, capaces de reflejar el esplendor de la Trinidad y de evangelizar, no sólo con las palabras, sino con la fuerza del amor de Dios, que habita en nosotros.

La Trinidad, como había empezado a decir, es también el fin último hacia el cual está orientada nuestra peregrinación terrenal. El camino de la vida cristiana es, en efecto, un camino esencialmente ‘trinitario’: el Espíritu Santo nos guía al conocimiento pleno de las enseñanzas de Cristo. Y también nos recuerda lo que Jesús nos ha enseñado. Su Evangelio; y Jesús, a su vez, ha venido al mundo para hacernos conocer al Padre, para guiarnos hacia Él, para reconciliarnos con Él. Todo, en la vida cristiana, gira alrededor del misterio trinitario y se cumple en orden a este misterio infinito. Intentemos pues, mantener siempre elevado el ‘tono’ de nuestra vida, recordándonos para qué fin, para cuál gloria nosotros existimos, trabajamos, luchamos, sufrimos. Y a cuál inmenso premio estamos llamados.

Este misterio abraza toda nuestra vida y todo nuestro ser cristiano. Lo recordamos, por ejemplo, cada vez que hacemos la señal de la cruz: en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Y ahora los invito a hacer todos juntos – y con voz fuerte – la señal de la cruz ¡todos juntos! En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

En este último día del mes de mayo, el mes mariano, nos encomendamos a la Virgen María. Que Ella – que más que cualquier otra criatura, ha conocido, adorado, amado el misterio de la Santísima Trinidad – nos guíe de la mano; nos ayude a percibir, en los eventos del mundo, los signos de la presencia de Dios, Padre Hijo y Espíritu Santo; nos obtenga amar al Señor Jesús con todo el corazón, para caminar hacia la visión de la Trinidad, meta maravillosa a la cual tiende nuestra vida. Le pedimos también que ayude a la Iglesia a ser, misterio de comunión, a ser siempre una Iglesia comunidad hospitalaria, donde toda persona, especialmente pobre y marginada, pueda encontrar acogida y sentirse hija de Dios, querida y amada».

 

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2 Responses

  1. Chabela dice:

    Que sutileza de la Providencia!!
    Que sencillez, la del Papa, para explicarnos y hacernos parte del misterio de amor de la Santísima Trinidad.
    Su mensaje, en la fiesta de la Trinidad, que coincidió con nuestra fiesta del 31 de Mayo, nos muestra y recuerda con las mismas palabras, magistral y sencillamente, lo actual, necesaria y urgente que es la misión que heredamos de nuestro Padre y Fundador. Pidamos con mucha fe, para que en la Alianza de Amor, con la Virgen María, aprendamos a amar y amarnos, trinitariamente; ‘los unos con los otros, por los otros y en los otros’

  2. María Piedad Medina Manrique dice:

    !Qué alegría irradia nuestro Santo Padre, el Papa Francisco. Y nos transmite los mensaje tan profundos de Jesús, con una sencillez y lozanía de un niño pequeño que conoce y ama a su Padre. Me falta el tiempo para leer, saber, conocer más acerca de él. EStuve en la Audiencia con la Familia de Schönstatt el día de mi cumpleaños: el Sábado 25.10 del 2015 en la Celebración del Jubileo de los 100 años de la Alianz de Amor. Me siento privilegiada de tenerlo nuevamente ante nosotros el día 06 de Julio en nuestra ciudad de Guayaquil, Ecuador, muy cerquita de mi Ciudadela Alborada. agradezcamos a Dios por acercarse a nosotros en nuestro Papa Francisco.

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