Publicado el 2016-11-01 In Dilexit ecclesiam

La Mater camina por Santiago junto a la Virgen del Carmen, Madre, Reina y Patrona de Chile

CHILE, P. Claudio Martínez Felmer •

Un sano orgullo tuvimos desde el día en que supimos que nuestra Mater estaría presente en la procesión de la Virgen del Carmen y que recorrería junto a la Carmelita, las calles del centro de Santiago.

Y así fue, en el Día de la Oración por Chile, el domingo 25 de septiembre, con el lema «Protégenos bajo tu manto», numerosos miembros de la Familia de Schoenstatt nos reunimos junto a toda la Iglesia frente a la Catedral Metropolitana para homenajear a la Santísima Virgen, a 90 años de haber sido coronada como Patrona de Chile y de las Fuerzas Armadas y de Orden.

Diferentes imágenes de la Virgen María, entre ellas la MTA, que han sido importantes a lo largo de la historia de Chile, estaban colgadas en el frontis de la Catedral y al comenzar la ceremonia iban descubriéndose, mientras se hacía un breve relato de la historia de la advocación. Eran las imágenes que luego acompañaron a la Virgen del Carmen en la procesión, bajo la mirada atenta de miles de fieles que saludaban su paso agitando banderitas chilenas o pañuelos.

En un anda sencilla, pero bien adornada con flores, la Madre, Reina y Victoriosa tres veces Admirable de Schoenstatt, en forma de Peregrina Auxiliar, recorrió las calles de Santiago llevada en hombros de miembros de la Juventud masculina de Bellavista y de los postulantes a los Padres de Schoenstatt.

El recorrido comenzó frente a la Catedral y finalizó en la Plaza Bulnes, mirando el Palacio de la Moneda, donde en un emotivo momento, se izó la gran bandera del Bicentenario mientras entonábamos el himno nacional mirando hacia la sede de gobierno.

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Ahí el cardenal, arzobispo de Santiago don Ricardo Ezzati realizó la siguiente homilía:

“Nosotros desde aquí, hoy día, le queremos decir a María que la queremos acoger en la Patria, en la casa de nuestra vida, como el pueblo de Chile, hace 90 años atrás, quiso colocar en su cabeza la corona de Madre y de Reina de Chile. Hoy queremos decirte, Virgen del Carmen, que tú eres nuestra Madre, que te acogemos con amor y te pedimos que bendigas a nuestro pueblo, que bendigas a nuestra ciudad de Santiago, que bendigas de una manera muy particular a los pobres, a los afligidos, a los enfermos, a los que están privados de libertad, a los que no tienen esperanza en su corazón. Para todos sé Madre de Misericordia, ampáranos en tu manto, un manto ancho en el cual tú quieres acoger a todos, para demostrarnos tu amor, para demostrarnos que eres Madre y Reina de esta patria nuestra. Muy queridos hermanos y hermanas, que testimonio de fe tan hermoso el de esta tarde, un testimonio de fe que cada uno de ustedes ha aportado para que sea un grito de amor y de confianza en nuestra Madre, la Virgen del Carmen. Gracias por estar aquí, gracias por haber traído a sus niños, tantos niños que aprenden de su corazón de padre, de madre, de abuelos o de abuelas que siempre pueden mirar hacia arriba, porque María es Madre y no es Madre que se quede lejos, es una Madre que ha venido a caminar junto a sus hijos y que lo único que quiere es que le abramos la puerta de nuestra casa, para que en ella, ella vaya construyendo paz, amor, unidad, perdón, donde haya necesidad de perdón. Virgen del Carmen, Madre y Reina de Chile haz que nuestro corazón se asemeje cada día más al tuyo, para que imitándote a ti, en el amor a tu hijo, también nosotros podamos crecer como una nación de fe, que reconoce que tu hijo es el único que tiene palabra de vida eterna”.

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161101-virgen-del-carmen-02Devoción a la Virgen del Carmen

La Procesión de la Virgen del Carmen es una de las celebraciones más antiguas de la Iglesia de Santiago. Sus orígenes se remontan al siglo XVII, época en que cada 16 de julio se realizaba una procesión desde la Alameda hasta la Plaza de Armas. Por razones de clima, ya que tenía lugar en pleno invierno, fue trasladada para octubre.

Posteriormente, en 1971 los obispos del país decidieron programarla para el último domingo de septiembre, con la finalidad de adherir a las celebraciones del Mes del Patria, declarando esa fecha como el «Día de Oración por Chile».

La devoción por la Virgen del Carmen se relaciona con los comienzos de la Patria, luego que el general Bernardo O’Higgins la nombrara «Protectora de Chile». Durante el siglo pasado, la devoción a la Virgen del Carmen se fue arraigando aún más en el pueblo chileno, situación que motivó al Papa Pío XI a nombrarla Patrona de Chile, en 1923.

Su proclamación pública como Patrona de Chile se realizó el 8 de diciembre de 1923 y fue sellada en 1926, por el Legado Pontificio, monseñor Aloisi Marsella, quien en nombre del Papa Pío XI coronó oficialmente la imagen de la Virgen del Carmen.

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