ALEMANIA, por María Fischer •
«Acabo de ver que al final del centésimo “Katholikentag” alemán (Jornada de los católicos) en Leipzig la cámara enfocó una imagen de la Virgen Peregrina. ¡Realmente se alegró mi corazón!», escribió Birgit Brommel, de Wesel, Alemania.Con una solemne Sta. Misa se clausuró la 100ª Jornada de los Católicos en Leipzig. Desde el miércoles (25 de mayo de 2016), decenas de miles de personas se reunieron allí con el lema: «He aquí el Hombre».Al comienzo de la Jornada el Papa Francisco envió un videomensaje con el que dio la bienvenida a los participantes, en alemán.
“Cada persona humana desea la comunión y la paz. Tiene necesidad de una convivencia pacífica. Pero esto sólo puede crecer cuando construimos también la paz interior de nuestro corazón”, dijo el Papa. “Buscamos en la contemplación, en la oración, alcanzar cada vez más familiaridad con Dios. Y poco a poco descubrimos que el Padre celestial quiere nuestro bien, Él quiere vernos felices, llenos de alegría y serenos”.
Francisco llamó más adelante a dejarse inspirar por la cercanía de Dios a la acción misericordiosa: “Dejémonos tocar por la misericordia de Dios también con una buena confesión, para llegar a ser cada vez más misericordiosos como el Padre».
El Papa les deseó a los participantes de la “Jornada de los Católicos” que prestaran su voz a los “pobres y oprimidos»: “A cuantos se encuentran reunidos en Leipzig y a todos los fieles de Alemania les pido que den cada vez más espacio en la vida a la voz de los pobres y los oprimidos”. El lema de la Jornada lo motivó a señalar que a diario encontramos personas oprimidas entre los refugiados o personas mayores, que son empujados «a morir más rápidamente”. En estas personas podríamos ver “a Jesús que sufre y es martirizado, que fija la mirada en la maldad y la brutalidad en toda su extensión, que los hombres padecen o hacen padecer los unos a los otros en este mundo” agregó el Papa.
La Iglesia no debe girar en torno a sí misma
En la homilía de la Sta. Misa, el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Cardenal Reinhard Marx, convocó a todas las personas a comprometerse en las actividades de la vida diaria. «En Jesús de Nazaret se hace visible el hermano de todos los hombres. En su rostro brilla cada rostro humano, sobre todo, el de los golpeados, maltratados y heridos”. En la centésima “Jornada de los Católicos”, los grupos de laicos comprometidos y los que están implicados socialmente en la Iglesia, aseguraron que no se perdiera de vista toda la realidad de la Iglesia y del pueblo: «es necesaria una mirada al cuerpo y al alma, a los cielos y a la tierra, hacia aquello que rescata y libera al hombre». Por ello es importante dar gracias por la centésima Jornada de los Católicos alemanes, y desear que sigan muchas más.
El cardenal Marx recordó que el Papa Francisco había dicho que la Iglesia no debe ser narcisista, que no debe girar sólo alrededor de sus círculos personales: «Debemos ser una Iglesia que no celebra sus propios problemas, pero si que va hacia todas las personas, que se interesa por ellas y se compromete, precisamente con los enfermos y los pobres del mundo», dijo el cardenal Marx. Tal acción de la Iglesia corresponde al movimiento de búsqueda de Dios. Si vemos la cuestión del paraíso perdido: «Adán, ¿dónde estás?» El movimiento de búsqueda de Dios es una constante en la historia que siempre va de la mano con la perspectiva de la salvación. Esta búsqueda encuentra su punto central en Jesús de Nazaret. El cardenal Marx añade: «No puede haber, desde una perspectiva cristiana, un culto que no incluya a las personas en sí. Eso sería siempre una mutilación del mensaje de Cristo, si construimos muros que pierden de vista a la otra persona, si sólo pensamos en nosotros, en qué será de mí, de mi parroquia, de mi vida… Debemos preguntarnos: ¿qué va a pasar con las personas? ¿qué pasará con la tierra? Estamos llamados a dar la perspectiva de esperanza a todas las personas del modo que nos sea posible”.
En el tema de los refugiados, ver a la gente
Insistentemente el Cardenal Marx habló sobre la situación política actual y de los refugiados. La Iglesia no podría ni quisiera sustituir al Estado. «Pero existe una política cristiana inspirada en el Evangelio. Es por eso que queremos llevar a nuestra sociedad los principios del Evangelio, incluso en las actuales diferencias políticas. Queremos hacer posible la política, pero no reemplazar a los políticos”. Esto se aplica de una manera especial con miras a los refugiados: «Hay principios que no se negocian, tomamos estos principios del Evangelio. Si alguien viene a nuestras fronteras, recibe un trato humano, a continuación obtiene un trato justo y nadie lo envía de nuevo a una situación en la que imperan la guerra o la persecución» y ha añadido:» Debemos hacer todo lo posible para que el límite europeo no sea un límite que ahoga a varios miles de personas al año. ¡No debemos permitir que esto suceda! Por lo tanto, queremos hacer que la política del espíritu del Evangelio sea posible. El Evangelio es una provocación, pero una provocación saludable”.
Para los cristianos, se trata de la proclamación universal de la Misericordia Divina.»El Evangelio es independiente de los sondeos de opinión o de los estados de ánimo, pero intentamos insertar toda la fuerza del Evangelio dentro la sociedad. Todos vamos a cuidar que nuestra sociedad y cultura se impregnen del Evangelio de la misericordia de Dios», afirmó el Cardenal Marx.
Al concluir la celebración, el Cardenal Marx agradeció al anfitrión de la diócesis del Comité Central de los Católicos Alemanes (ZDK) por el día del encuentro y el Obispo, Mons. Dr. Félix Genn (Münster), lo invitó a participar de la 101ª “Jornada de los Católicos” en la ciudad de Münster, que se llevará a cabo del 9 al 13 de mayo de 2018.
Contribución del Movimiento de Schoenstatt en Alemania
Desde hace años, el Movimiento de Schoenstatt en Alemania se ha comprometido con la Jornada de los católicos. En Leipzig hubo como siempre un centro de información, se ofrecieron además otras actividades: búsqueda de huellas durante la oración de mediodía, el Camino Matrimonial, un taller de Santuarios del Hogar, así como la colaboración con la celebración ecuménica mariana y en una bendición para matrimonios.
