Publicado el 2017-12-21 In Proyectos

Ingenieros Agrónomos de Schoenstatt cultivando Alianza

PARAGUAY, Ing. Agr. Martin Pereira Ortiz •

En estos tiempos, en todo el mundo experimentamos alteraciones climáticas, picos de calor o de frío, huracanes, lluvias violentas, granizadas o sequías prolongadas, cada vez con más frecuencia. Estos golpes de la naturaleza aumentan a causa del desequilibrio que ocasionamos nosotros, y seamos realistas, esto que antes llamábamos fenómenos climáticos, en el futuro serán desastres naturales corrientes.

En Paraguay, un pequeño país de Sudamérica, un grupo de Ingenieros Agrónomos, todos schoenstattianos, nos unimos para aportar nuestros conocimientos, nuestras manos y, sobre todo, nuestra cultura de Alianza, para poder contribuir, de alguna manera, con la evolución del ecosistema.

La profesión al servicio del necesitado se transforma en misión

Una vez conformado el grupo de Ingenieros Agrónomos de Schoenstatt con casi 30 profesionales, nos propusimos enfocarnos en tres segmentos importantes: trabajar por el medio ambiente, ayudar al campesino necesitado, por medio de soportes técnicos de producción agrícola-ganadera, y por último, trabajar con los estudiantes de la carrera de agronomía, transmitiendo la importancia de las buenas prácticas y sus consecuencias. Todo esto sin dejar de lado la parte espiritual.

Decididos, y con el anhelo de transformar el mundo, ya sólo nos quedaba salir a las periferias. Seleccionamos una ciudad rural llamada San José de los Arroyos, situada a 100 kilómetros al este de Asunción. Esta ciudad, de casi 20.000 habitantes, fue muy golpeada por una tormenta huracanada el 1 de octubre, que derrumbó todo a su paso, dejando muchos damnificados, dañando cientos de árboles (que son la protección para futuras tormentas), afectó varias columnas de distribución eléctrica, y otros destrozos.

¿Dónde vamos a conseguir tantos árboles, voluntarios y comida?

Nuestro objetivo especifico era ir hasta allí el día 18 de noviembre y realizar una Reforest-Mision: reforestar con 5.000 árboles nativos del Paraguay, llevando a nuestra MTA como la gran Misionera, y así acompañar al pueblo afectado mejorando su entorno, compartiendo una oración en cada hogar y plantando los arboles en cada casa con ayuda de los propietarios.

Días antes nos preguntábamos: ¿De dónde vamos a conseguir tantos árboles? ¿Lograremos convocar a muchos voluntarios? Y si es así, ¿qué les brindaremos de alimentos a esos voluntarios? ¿Cómo será la aceptación del pueblo? La respuesta surgió rápidamente: «Nada sin ti, nada sin nosotros». Nosotros aportamos el deseo de ayudar y lo demás lo dejamos con confianza en manos de la Madre y Reina.

Veinte días antes de esta misión, visitamos la ciudad de San José y llegamos hasta un colegio que había sido muy afectado por las tormentas. Al conocer nuestro propósito, todos los docentes y estudiantes se ofrecieron a colaborar. Se imaginan nuestra alegría en ese momento. Al salir del colegio fuimos a la Municipalidad, sin vacilar solicitamos hablar con el Intendente de San José de los Arroyos, quien también nos brindó su total apoyo, y al terminar nos dijo: “La Municipalidad, en reconocimiento, les brinda el almuerzo para todos”. ¡Qué grata sorpresa, gracias Mater!.

El Nada sin Ti superó ampliamente al Nada sin Nosotros.

Sólo nos faltaban, nada más y nada menos, los arbolitos; sin ellos no se puede pretender una reforestación. Veníamos consultando con algunos viveros, buscando las mejores ofertas, hasta que alguien nos comentó acerca del vivero de árboles forestales de Itaipú, la hidroeléctrica del Paraguay. Conseguimos los contactos, y por esas cosas de la Divina Providencia, el director del vivero es oriundo de San José de los Arroyos. Por supuesto que nos facilitó los 5.000 árboles nativos, puestos en la misma ciudad y sin ningún costo. ¿Qué mas podíamos pedir? El Nada sin Ti superaba ampliamente al Nada sin Nosotros.

Llegado el 18 de noviembre, nos encontramos frente a la Iglesia local todos los Ingenieros Agrónomos de Schoenstatt, docentes y estudiantes del colegios, misioneros de la Campaña del Rosario de San José, funcionarios municipales, algunos colaboradores y el cura párroco de la ciudad, quien nos bendijo para salir a Reforest-Misionar.

En cada casa nos recibieron con las puertas y el corazón abiertos. Nuestras Imágenes Peregrinas encabezaban cada grupo distribuido por todos los barrios, emulando a María cuando acudió junto a su prima Isabel para brindarle ayuda. Vivimos un día intenso, plantamos 3.000 árboles en las casas, escuchamos a muchos pobladores frustrados y compartimos con ellos un momento de oración. Con los árboles iniciamos una vida nueva en cada casa, y un mejor ambiente en San José, en Paraguay y en el mundo. Los 2.000 árboles restantes fueron distribuidos para los espacios públicos.

En salida al pueblo para cambiar el mundo

Terminamos la jornada cargada de muchísimas alegrías, historias, bendiciones, pero sobre todo, con un orgullo inmenso de que poniendo tan poco de nuestra parte, cambiamos el mundo de cientos de familias. Pronto iremos a Reforest-Misionar en otras ciudades necesitadas y llevaremos a la Madre Tres Veces Admirable de Schoenstatt en salida al pueblo.

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2 Responses

  1. Ricardo dice:

    Excelente iniciativa, que se extienda a otros grupos y se fomente el amor y cuidado al medio ambiente!!

  2. Diego dice:

    Que buena iniciativa! Agrupar schoenstattianos por profesiones y asi transformar el ambiente cotidiano de cada uno… felicitaciones!! Apostolado desde el Ser de cada uno. Ojala que esto sea imitado por los distintos profesionales!

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