Publicado el 2016-11-08 In Obras de la misericordia, Proyectos

Los milagros que dan alegría aquí y en el cielo

PARAGUAY, Ani Souberlich •

“Una cosa es lo que merecemos por el mal que hicimos, y otra cosa distinta es el «respiro» de la esperanza, que no puede sofocarlo nada ni nadie. (…) Nuestro corazón siempre espera el bien; se lo debemos a la misericordia con la que Dios nos sale al encuentro sin abandonarnos jamás. (…) Todos somos pecadores y muchas veces, somos prisioneros sin darnos cuenta. Cuando permanecemos encerrados en los propios prejuicios, o somos esclavos de los ídolos de un falso bienestar, cuando nos movemos dentro de esquemas ideológicos o absolutizamos leyes de mercado que aplastan a las personas, en realidad no se hace otra cosa que estar entre las estrechas paredes de la celda del individualismo y de la autosuficiencia, privados de la verdad que genera la libertad.”, dijo el Papa Francisco en el jubileo de Misericordia de los encarcelados en la mañana del 6 de noviembre, en la Misa en San Pedro, en presencia de unos mil detenidos, con permiso, procedentes de cárceles de todo el mundo. El Papa llevaba el báculo de madera que le regalaron los internos de la cárcel mexicana de Ciudad Juárez.

Hoy en el CEI (Centro Educativo de Itauguá), situado a pocos kilómetros del Santuario de Schoenstatt de Tupãrendá, en Paraguay, donde jóvenes infractores de la ley cumplen su condena, también se celebró el Jubileo de la Misericordia de los encarcelados. El Obispo de la diócesis de San Lorenzo , Mons. Joaquín Robledo, celebró la Santa Misa a las 10 hs, en la cual participaron el P. Pedro Kühlcke, capellán penitenciario, miembros de la Pastoral carcelaria «Visitación de María» y la Directora de la Casa Madre de Tupãrendá, donde en este momento 18 jóvenes, después de cumplir con su condena, reciben una segunda oportunidad, o en verdad, la primera.

161108-carcel-de-menores-jubileo-47¡Qué fiesta en el cielo!

Varios adolescentes internos, debidamente preparados por la Pastoral carcelaria “Visitación de María”, a cargo del Padre Pedro Kühlcke con su equipo, recibieron los sacramentos del Bautismo, Primera Comunión y Confirmación. En una celebración emotiva, cinco jóvenes cruzaron «el pórtico de la vida en el espíritu» al recibir el sacramento del Bautismo; cinco jóvenes recibieron la Primera Comunión y siete, la Confirmación. ¿Se pueden imaginar la fiesta en el cielo? Un reflejo muy simple pero real de esa fiesta y esa alegría celestial fue el brindis con torta y jugo que después hicieron con todos los presentes.

Sí, «Queridos detenidos: Es el día de su jubileo. Que hoy, ante el Señor, se encienda vuestra esperanza» (Papa Francisco).

Necesitan un tú humano

Podría contar muchas cosas de todo lo vivido hoy junto con estos jóvenes: la alegría de que, por propia iniciativa, hayan pedido prepararse y recibir los sacramentos; el alma y el corazón de niño que conservan y que pueden verse a través de la ventana de sus ojos, a pesar de los delitos que hayan cometido. La necesidad de «un tú humano» que los acepte y los quiera tal cual son. Los miraba y sus edades van desde 15 hasta 18 años, en su mayoría. Son adolecentes normales, en pleno proceso de rebeldía, de llevar la contra en todo, como cualquier joven de nuestra sociedad a esa edad. Hoy están allí por algún error que cometieron, algunos muy pequeños, otros más grandes… pero todos en la vida merecemos y deseamos una oportunidad y creo que en este año de la Misericordia, todos recibimos esa oportunidad nacida únicamente del infinito amor que el Buen Dios nos tiene.

161108-carcel-de-menores-jubileo-51El abrazo de la madre

Todo fue emocionante pero hubo algo infinitamente grandioso que conmovió mi corazón, mi alma… en el momento del saludo de paz, una madre abraza a su hijo recluido y rompe en llanto, un llanto silencioso pero que destroza su corazón de mamá… Me imaginé aquel encuentro que tuvo la Sma. Virgen con Jesús, su Hijo, camino a la cruz, con su corazón traspasado… El abrazo tierno y fuerte de esta mujer a su hijo expresaba «estoy contigo, te apoyo, te amo, eres mi hijo, no te abandono». Así de misericordioso me imagino el abrazo de Dios, ese abrazo que no juzga, que no condena… sino que simplemente perdona, levanta, ama y regala esperanza.

¿Y si el cambio de su vida depende de mi abrazo de perdón?

Todos cometemos y hemos cometido errores. ¿Por qué nos cuesta tanto dar un abrazo de perdón? ¿Por qué no nos proponemos creer y darle una oportunidad a estos jóvenes, una oportunidad que puede cambiarles la vida? Creo que si uno de ellos fuera mi hijo, mi sobrino, mi nieto, mi ahijado adolescente y rebelde, los miraría distinto, los trataría distinto, los ayudaría a no rendirse, a luchar contra los vicios y siempre creería en lo bueno que hay en él.

Propongo que hagamos ese click en nuestro interior, cambiemos ese chip que tenemos, que sólo critica, juzga y condena… y seamos portadores de ese signo de esperanza para muchos, salgamos de nuestra burbuja cómoda e involucrémonos con la vida, seamos ese «tú humano», ese lazo que Dios necesita para regalar su misericordia y atraer a muchos a su corazón.

Pensando en estos jóvenes, conmueve como el Señor y la MTA hacen fecundos nuestros esfuerzos y servicios. Son los milagros que dan alegría aquí y en el cielo.

La mirada de Jesús va más allá de pecados y prejuicios, ve a la persona con los ojos de Dios, que no se detiene en los errores del pasado, sino que pone la mirada en el futuro. Jesús no se resigna ante las puertas cerradas, sino que las abre siempre, siempre abre nuevos espacios para la vida. No presta atención a las apariencias, sino que mira dentro del corazón». Papa Francisco, Ángelus, 30. 10. 2016.

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Texto completo de la homilía del Papa Francisco – Jubileo de los presos

Texto completo del Ángelus

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2 Responses

  1. Rolando Montes de Oca dice:

    Hermoso y necesario testimonio. Que la alianza nos lance a multiplicar abrazos misericordiosos, a transformar vidas con la fuerza imparable del Amor que hemos conocido. Así también nosotros seremos transformados y Schoenstatt estará cumpliendo su misión de salir a forjar en medio de la Iglesia y del mundo Cultura de Alianza. Gracias por la esperanza que late en este testimonio.

    • Ani Souberlich dice:

      Así es Rolando …. es sólo dar el paso y salir sin temor confiando en que la MTA y nuestro Padre son los que obrarán el milagro y nosotros sólo somos ese lazo, ese «tu Humano» que Ellos necesitan para regalar su abrazo de misericordia y convertirnos así en un signo de ESPERANZA no por nuestros méritos sino simplemente por el amor de MISERICORDIA que Dios ya ha tenido en nuestra vida personal. Es simplemente «compartir» ese amor sin medida que día a día en un acto de misericordia El nos regala. Saludos desde la Nación de Dios Corazón de América-Paraguay

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