Publicado el 2015-11-22 In Proyectos

Hoy es un día de gracia en el “Centro Educativo Itauguá” (CEI)

PARAGUAY, P. Pedro Kühlcke / Maria Fischer •

Este domingo, 22 de noviembre, 51 adolescentes internos del “Centro Educativo Itauguá” (CEI), más conocido como “Panchito”: la cárcel de menores más grande del Paraguay, ubicada a unos 5 km de Tupãrenda, recibirán alguno de los sacramentos de iniciación cristiana, gracias a la preparación que les brindó el excelente equipo de Pastoral carcelaria. ¡Contamos con las oraciones de todos!

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De la calle a la cárcel…

En uno de los diarios nacionales de Paraguay, hace poco se publicó una noticia llamativo:

«Trescientos ochenta y siete adolescentes infractores están recluidos en los ocho centros educativos (cárceles de menores) distribuidos en todo el país, según el censo realizado por el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura entre los años 2014 y 2015. Del total de los recluidos, el 95% están procesados y solo el 5% están sentenciados. Los resultados de la investigación se exponen en el libro Abriendo puertas al encierro: Realidad de adolescentes privados de libertad en Paraguay, que fue presentado ayer en el Aula Magna de la Universidad Católica, en Asunción.

Los investigadores sostuvieron que la mayoría de estos delitos están relacionados al consumo de drogas y que los encerrados provienen de familias de escasos recursos; parafrasearon al escritor uruguayo Eduardo Galeano para afirmar que en nuestro país “la Justicia es como la serpiente, solo muerde a los descalzos”.

Lo puedo afirmar desde mi experiencia personal:

En «nuestra» cárcel están privados de libertad unos 160 adolescentes varones de 14 a 18 años, en condiciones bastante difíciles. Lo que más me duele es constatar que prácticamente todos ellos son de las clases sociales más desfavorecidas; viven en barrios de emergencia o directamente en la calle. Muchos con familias muy disfuncionales, o directamente sin familia; la gran mayoría con tremendas carencias afectivas, desde chicos; y también con problemas de adicciones. Me llama mucho la atención que no hay chicos de clase media ni alta en la cárcel …

Hemos podido formar un equipo de Pastoral penitenciaria muy guapo, la gran mayoría integrantes del Movimiento de Schoenstatt, de Tupãrenda y Asunción. Encontré personas muy generosas, que con gran sacrificio entregaban amor, tiempo y dinero, para regalar algo del amor de Dios y de la Mater a estos chicos tan carenciados. Todos los sábados compartimos con ellos cantos, oraciones, abrazos, y sobre todo una merienda abundante. También vivimos muy de cerca la situación tan difícil y dolorosa de muchos de ellos – situación familiar, social, jurídica, médica, etc. – y les damos una mano en lo que podemos.

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“La inmensa mayoría de los pobres tiene una especial apertura a la fe; necesitan a Dios…”

Pero a la vez, Dios nos concede el privilegio de experimentar lo que el Papa escribía: “La inmensa mayoría de los pobres tiene una especial apertura a la fe; necesitan a Dios…” Constatamos una apertura espiritual muy grande en muchos de estos jóvenes, una sed de Dios impresionante. Incluso chicos no bautizados nos cuentan que rezan todas las noches a Dios y a la Virgencita. Me impresionan mucho las confesiones y conversiones de vida que Dios regala allá. Cuando puedo, celebro la Misa dominical, a las 15 hs., después del horario de visita. Cada vez participan más internos, y con el tiempo van descubriendo que les gusta mucho cantar, ser monaguillos, lectores, etc. A pedido de ellos, empezamos a ofrecer catequesis de preparación a los sacramentos de iniciación cristiana, y ya el mismo año pasado más de 40 chicos recibieron el Bautismo, y más de 50 (un tercio de la población penitenciaria!) la Primera Comunión.

Hoy, en la Fiesta de Cristo Rey, 51 jóvenes más recibirán bautisimo o primera comunión.

De la calle a la cárcel, si, esto es la realidad triste de casi todos de ellos. De la cárcel a la iglesia, a la iglesia que es madre: esto es una realidad de la cultura de alianza.

Gracias, P. Pedro.

No todos podemos formar parte de su equipo. Una pena (yo ya me anoto para otra visita). Pero todos, si, todos y cada uno podemos formar parte con nuestras oraciones hoy y todos los días, y con nuestras donaciones que se traducirán en merienda, en apoyo, en Casa «Madre de Tuparenda» para los que salen y buscan un futuro…

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Misa dominical en la capilla de la cárcel de menores, un Santuario de la Periferia

¿Cómo donar?

Cuenta bancaria en Paraguay

Banco GNB
Cta Nro. 001-065259-003
Congregación Padres de Schoenstatt

Cuenta bancaria en Europa

Schönstatt-Patres International e. V.
IBAN DE91 4006 0265 0003 1616 26
BIC/SWIFT GENODEM1DKM
Uso previsto: P. Pedro Kuehlcke, Casa Madre de Tuparenda

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