ARGENTINA, Ramón Sánchez Soloaga •
Bajo el lema “Servidores de María, confiamos en tu Misericordia”, los Jóvenes del Movimiento Apostólico de Schoenstatt de la ciudad de Corrientes, realizaron por segundo año consecutivo las Misiones Universitarias Schoenstattianas “Talita Kum”, en la localidad de Caá Catí, Provincia de Corrientes, del 29 de octubre al 1 de noviembre. Con el objetivo de recorrer las calles del pueblo siendo instrumentos de María, más de 50 jóvenes caminaron siendo sus pies, llevándola a esos lugares donde el corazón los guiaba, visitando a abuelos, niños, enfermos y compartiendo con toda la comunidad.
Donde los misioneros terminan siendo misionados
La misión es una experiencia interna, donde a través del encuentro personal con Jesús y María, los jóvenes preparan su espíritu para salir al encuentro con la comunidad: la misión interna y externa terminan uniéndose y siendo una sola. En la búsqueda del amor, pueden escuchar y estar presentes unos días con personas que necesitan de la Mater; en el encuentro con los demás, terminan siendo los misioneros, “misionados”. Y en ese fluir de sentimientos, en el centro están Dios y María, como la fortaleza que les da vida, vida verdadera.
Durante la misión, los jóvenes pudieron vivir experiencias inolvidables. Cuando los chicos con capacidades especiales, llegaron el lunes a su escuela y se encontraron con personas desconocidas, no les importó que estuvieran usando sus mesas, sus sillas, los salones o la cocina; echaron redes y el sentimiento puro de estos chicos permitió sólo una cosa: ser felices cantando, bailando, pintando, riendo o llorando. Pudieron ir al balneario de la localidad en donde continuaron los juegos, siempre guiados por las maestras. Esa mañana quedó sellada en su corazón.
Que las semillas de la misión fecunden
Los talleres con los jóvenes, adultos y niños en la plaza central, reavivaron aún más el sentimiento de comunidad; rezaron junto al párroco en las misas, en los rosarios; visitaron los hogares con la Imagen Peregrina, regalaron rosarios e imágenes de la Mater. Y en la escuelita compartieron almuerzos, cenas y momentos de oración, música y silencio con las personas necesitadas del lugar.
Como fruto de esta conexión, los misioneros le dejaron al pueblo un árbol, en donde fueron plantando semillas que representan sus vidas con todo lo que son, para que los lugareños lo cuiden y busquen tierra buena en donde pueda crecer, pidiendo a Nuestra Señora del Rosario de Caá Catí, que las semillas de Talita Kum 2016 fecunden y que bendiga a cada corazón que hizo posible esta gran misión, para que el espíritu apostólico, renueve vida, y para que el reencuentro sea muy pronto.
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