ARGENTINA, La Plata, Guillermo Lubrani •
De la bella primera reunión con María Fischer surge una sustantiva devolución … que inspira desde lo profundo: «Recordemos que los tesoros que tenemos en nuestros corazones , que son muchos, los debemos compartir con los demás…caso contrario dejan de ser tesoros…o son tesoros ocultos que nadie puede disfrutar”. A su vez me recuerda el texto bíblico del ejemplo de la lámpara:
“Jesús les decía :¿Acaso se trae una lámpara para ponerla debajo de un cajón o debajo de la cama?”¿No es mas bien para colocarla sobre el candelero?
Cuanta historia se hizo presente vivencial en esta reunión de Misiones Familiares. Quizá los recuerdos de cada uno de los presentes se volvieron recuerdos personales y,fraternales. Recuerdos agradecidos de corazón ancho. De aquellos que sembraron por primera vez , que descubrieron un tesoro oculto y lo quisieron compartir. Generosamente: Súmense…vale la pena. Dijeron hace 17 años.
Me viene a la mente como un enjambre de ideas y pensamientos primarios, con el relieve de la prosa cruda, rica y aquerenciada en las raíces de nuestros misterios familiares, fraternales y de amistades forjadas o providenciales, de quiénes nos acercaron a este Apostolado y quienes se acercaron por nosotros a las Misiones. Ampliamente, gracias.
Quién no recordará …
Quien no recordará, como los matrimonios se estremecieron cuando sus hijos les contaban las experiencias de “sus” misiones , esos corazones abiertos que duran toda una vida. Un sello indeleble en el alma.
Cuánta riqueza de amigos y amigas hay cuando dicen. “ hoy…vamos a misionar juntos”, amigos de la juventud Masculina y Femenina …para siempre.
Qué decir cuando asomó una vocación sacerdotal…hoy hecha realidad.
Qué decir de aquellos jóvenes que forjaron sus noviazgos, y hoy son matrimonios y familias
Cuantos padres, madres dijeron a la vuelta de la mision de sus hijos: Me lo cambiaron, que le hicieron…desde luego para bien…..imbuidos del fuego de la misión.
Alianza solidaria
Capítulo aparte los rezadores, que desde sus hogares, oraron, ofrecieron rosarios y misas… Cuánta fortaleza espiritual derramada en los Ave María. Alianza solidaria.
Pequeños grandes conceptos que hacen a la escencia.
Solamente pinceladas.
Mates amables, mañaneros, de rosario largo y meditado, aquel que nunca se enfría.
Amistades compartidas y entrañables
Lágrimas soñadoras, de tender una mano al que necesita….Jesús no defrauda.
Alegrías serenas, templadas… Jesús está entre nosotros.
Dar y ofrecer… Dios es nuestro Padre
Mirada fraterna… María es nuestra Madre.
Escucha atenta… Jesús resucitó. Vive.
Historias reales, experiencias personales, hechos concretos.
…llevando a la Mater…la buena nueva …la que abre caminos.
Quien no recordará… luego de cada envió: “Misioneros a Misionar”
Ci vediamo.
“Vengo a buscar aliados para la Misión” dijo el P. Kentenich. Y las Misiones Familiares son un claro ejemplo de lo que significa llevar a María que es portadora de Su Hijo que los conduce directamente hacia el Padre. Para que las familias le abran la puerta de su corazón y que a su vez inviten a otras a formar una gran familia unidos en el amor y la solidaridad hacia el otro, el próximo, el prójimo, el hermano.