Publicado el 2017-08-14 In Casa Madre de Tuparenda, Obras de la misericordia

Cada egresado es un regalo, un milagro

PARAGUAY, Ani Souberlich y Maria Fischer •

30 de julio, una tarde soleada y fresca. Cerca de la ermita, se ven unos jóvenes, cada uno con su guitarra en mano. Están tocando y cantando, entre sonrisas de vergüenza, nervios, risas más o menos bien contenidas, antes de volver a esforzarse y ensayar en serio algunas canciones… Parece un campamento de la Juventud Masculina o un momento divertido en las Misiones… Pero estamos mirando a unos jóvenes que hasta hace pocos meses estaban en la cárcel y que vivieron experiencias impactantes de abandono, pobreza, violencia, hambre, enfermedad… Están ensayando con sus guitarras – un regalo recibido hace unas semanas por parte de bienhechores generosos – para tocar la «Oda a la alegría» en la Misa del día siguiente, el 31 de julio, que será un momento inolvidable en el Santuario.

Acercándose a Jesús

Pues este 31 de julio se vivió nuevamente un día de fiesta en la Casa Madre de Tupãrenda. Esta vez se juntaron dos grandes eventos: la graduación de Blas y el sí de 9 jóvenes que libremente decidieron dar el paso a los sacramentos del Bautismo, Primera Comunión y Confirmación.

Dos jóvenes decidieron que querían recibir el bautismo, otros cinco la confirmación y eligieron de padrinos a los instructores y orientadores de Casa Madre Tupãrenda.

Pensando de donde vienen, pensando en el lugar adonde vuelven en la noche, pensando en adonde van después de cumplir su tiempo en la Casa Madre de Tupãrenda… sólo se puede imaginar al Buen Pastor buscándoles con un cariño enorme para sanar sus heridas, para abrazarles, para fortalecerlas y para dar su vida por ellos…

«El corazón del Buen Pastor nos dice que su amor no tiene límites, no se cansa y nunca se da por vencido. En él vemos su continua entrega sin algún confín; en él encontramos la fuente del amor dulce y fiel, que deja libre y nos hace libres; en él volvemos cada vez a descubrir que Jesús nos ama «hasta el extremo» (Jn 13,1), sin imponerse nunca.

El corazón del Buen Pastor está inclinado hacia nosotros, «polarizado» especialmente en el que está lejano; allí apunta tenazmente la aguja de su brújula, allí revela la debilidad de un amor particular, porque desea llegar a todos y no perder a nadie», decía el Papa Francisco el 3 de junio de 2016.

La oda a la alegría

Nadie se lo esperaba. Fue un momento que emocionó a muchos en el Santuario. Los asistentes disfrutaron de las melodías de la guitarra de uno de los adolescentes que forma parte del programa, que en breve tiempo logró ejecutar el cuarto movimiento de la Sinfonía nº 9 de Beethoven, la Oda a la alegría. La escuchamos en grandes teatros, la escuchamos tantas veces en la televisión de Europa por ser el Himno de la Unión Europea, la escuchamos por grandes artistas de nivel mundial… pero ahora, la escuchamos tocada tímidamente por un joven, y llega hondamente al alma…

Quien logró el golpe de suerte

De ser el amigo de un amigo…

¡Sí, que venga aquel que en la tierra

pueda llamar suya siquiera un alma!

 

¡Abrazaos, millones de seres!

¡Este beso para el mundo entero!

Hermanos, sobre la bóveda estrellada

Habita un padre amante.

¿Os prosternáis, millones de seres?

Mundo, ¿presientes al Creador?

¡Búscalo por encima de las estrellas!

¡Allí debe estar su morada!

Sí, se presiente al Creador, al Padre Misericordioso, al Buen Pastor…

Se puede…

Durante el acto de graduación, Blas recibió su diploma por el fin de un exitoso proceso y el reconocimiento de sus compañeros y familiares. Además, recibió certificados por las áreas en las que adquirió habilidades.

El ministro de Justicia, Ever Martínez, que para gran alegría de los responsables de la Casa Madre de Tupãrenda participó en la graduación de Blas, destacó que el programa de reinserción implementado en Casa Madre Tupãrenda es innovador y con evidencias de éxito. «El Gobierno Nacional realiza una verdadera inversión social apostando a programas con un enfoque integral en beneficio de la sociedad», se puede leer en la nota de prensa emitida por el Ministerio.

A su vez, el director del Servicio Nacional de Atención al Adolescente Infractor (SENAAI), Orlando Castillo, señaló que “pequeñas acciones muestran que el proceso está dando frutos, este es un trabajo que se logró mediante el compromiso y efectiva coordinación entre la institución pública y la fundación”.

Ana María Mendoza de Acha, Presidente de Fundaprova elogió a los adolescentes que toman el compromiso de adquirir habilidades sociales y laborales para reinsertarse plenamente en la sociedad. Agradeció el acompañamiento de las instituciones y a los miembros de la fundación que brindan asistencia a los jóvenes.

Blas ha logrado llegar y cumplir la meta de los 9 meses estipulado por el proyecto de Casa Madre de Tupãrendá, que tiene como objetivo principal el fortalecimiento de la persona mediante espacios de formación personal, grupal, espiritual y formación para el mundo laboral. Su breve discurso lo dice todo… se ve a un joven que agradece y que quiere seguir adelante.

Un programa que exige a todos… y que da frutos

Cada fiesta de Egresados podríamos creer que puede tornarse algo rutinario… pero no es así, ya que cada uno tiene una historia de vida personal. Sus conquistas diarias en lo pequeño y rutinario exigen de cada uno un esfuerzo, un sacrificio diferente. El acompañamiento del Equipo Técnico y los Instructores en este proceso es muy importante para la elaboración de su Plan de Desarrollo Individual (PDI). Es un proyecto de vida que el participante se propone discernir, ejecutar, revisar y evaluar sobre su persona. Así también una forma de registrar y supervisar sus necesidades y aspiraciones de aprendizaje. Completar un PDI es un instrumento útil para reflexionar sobre sus objetivos personales y así considerar qué habilidades o cualidades necesita desarrollar para alcanzar dichas metas. El PDI no solo establece las acciones que deben cumplirse para alcanzar cierto objetivo, sino que también se establecen períodos y fechas en las que éstos se deben cumplir y evaluar. Por eso, cada Egresado es un regalo, un milagro y un SÍ, SE PUEDE… Nos regala, a todos nosotros, los que día a día acompañamos este proceso de “transformación”, la convicción de que vale la pena seguir apostando por ellos. Vale la pena creer que un cambio es posible. Aunque hayan caído muchas veces, muchas más han tenido la valentía de levantarse… Aunque les duele su pasado, aunque el tiempo les ha secado el alma y siempre les han fallado y mentido… tienen la fuerza de levantarse y sacudirse de todo eso y pueden levantar la mirada y caminar erguidos a pesar de todo… Eso es ser fuerte, eso es ser valiente, eso es un regalo que sólo Dios y la Smma. Virgen les pueden regalar. La gracia obra, en este lugar, mucho más de lo que nosotros podemos imaginar…

En este momento, tenemos 22 participantes y una lista de espera con más jóvenes que desean dejar su pasado y comenzar de nuevo, que desean prepararse para ello. No se trata de asistencialismo se trata de “ver a la persona y a partir de su historia, empezar a edificar”, darle las herramientas que necesita no sólo para conseguir trabajo sino para permanecer en él.

Seguimos creyendo y apostando por ellos. Gracias por apoyarnos siempre.

 


Nota de prensa del Ministerio de Justicia:

http://www.ministeriodejusticia.gov.py/index.php/noticias/casa-madre-tuparenda-una-oportunidad

Los primeros egresados de Casa Madre de Tupãrenda

 

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