Publicado el 2017-01-21 In Proyectos, Schoenstatt en salida

Aprender y dejar huella: los primeros egresados del Liceo Providencia

URUGUAY, Matías Cerviño

Terminó el ciclo básico la primera generación del “Liceo Providencia – Papa Francisco”, obra social del Movimiento de Schoenstatt en Uruguay, y toda la comunidad educativa los despidió con mucha alegría y con las ganas de seguir acompañándolos en esta nueva etapa que comienzan.

A fines de diciembre, terminaron las clases los alumnos de la generación 2014, generación con la que abrió sus puertas el “Liceo Providencia – Papa Francisco”, uno de los tres programas educativos que tiene el Centro Providencia, impulsado y gestionado por el Movimiento de Schoenstatt en Uruguay.

“Cuántas veces lo pequeño e insignificante ha sido el origen de algo grande, lo más grande”. Hace más de 20 años, el Movimiento trabaja en la zona de Cerro Oeste, en el barrio Casabó, una de las zonas más vulnerables de Montevideo. Este centro educativo fue fundado por miembros del Movimiento de Schoenstatt para acompañar a los niños y jóvenes de la zona, en su crecimiento como personas libres, para ayudarlos a descubrir y acompañarlos en el desarrollo de sus potencialidades y su originalidad. Actualmente, el Centro Providencia atiende a 350 niños y jóvenes, a través de tres programas educativos: un Club de Niños, un Centro Juvenil y el Liceo.

Mejoré, crecí, me ayudaron a conocerme más

Fabián Roizen, director del Liceo y miembro de la Familia de Schoenstatt de Montevideo, comenta que fue muy lindo y desafiante acompañar a esta primera generación: “Con ellos fuimos aprendiendo y ellos también fueron dejando huella, transformando la institución y a los educadores. Es signo de que nuestra vida institucional busca impactar en la vida de los chiquilines, pero también es transformada por sus intereses, sus inquietudes y por lo que ellos aportan. Haber sido parte del proceso de formación de los chiquilines me encantó, me construyó como persona, educador y director”.

Romina, alumna de la generación 2014 que egresa este año, comenta, “A mí me ayudaron «pila» (mucho), si no me hubiesen ayudado, no pasaba ninguno de los 3 años. Siempre estuvieron para apoyarme. Cuando me veían mal me preguntaban, se preocupaban por mí. Estoy contenta porque terminé el Liceo, porque pasé a 4to año, pero estoy segura que voy a extrañar”. Para Brian, lo mejor fue la cantidad de amigos y profesores que conoció y lo apoyaron en este camino: “En estos años mejoré, crecí, me ayudaron a conocerme más. Lo que más disfruté fueron las jornadas y los campamentos. Para mí, eran un salir de mi zona de confort para encontrarme con los demás”.

Sean el cambio que quieren ver en el mundo

El egreso de esta generación es una gran alegría porque los chiquilines comienzan una nueva etapa cargada de proyectos, metas y sueños por alcanzar. Una alegría con toques de nostalgia por toda la historia compartida, por el camino recorrido y construido juntos, pero con la seguridad de que seguirán siendo parte de esta familia que es Providencia. Por eso, el último día de clases los educadores del Liceo les dijeron que no se olviden de que Providencia es su casa y que estan para acompañarlos en su proceso de seguir formándose como personas.

“El 25 de febrero de 2014, cuando inauguramos el Liceo, invitamos a la generación que entraba a ser protagonistas de sus vidas, que se animen a abrir caminos, que no se achiquen ante los desafíos y que sean el cambio que quieren ver en el mundo. Hoy, con todo el sentido que adquirió esta frase durante estos años y ante los nuevos desafíos del cambio de etapa, se los volvería a decir”, comenta Fabián Roizen.

Página oficial de Providencia: www.providencia.org.uy/
Providencia en «Proyectos» / Carpas virtuales de la Cultura de Alianza:

Centro Educativo Providencia, Uruguay: educar para la vida

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