PARAGUAY, José Argüello •
Unas horas después de que todo había terminado, alguien encontraba y compartía un capítulo del libro «Ella es mi mamá», la gran entrevista del P. Alexandre Awi al Papa Francisco sobre sus encuentros con María. «Santuarizar la ciudad» es el titulo de dicho capítulo, uno de los «bergoglismos» tan queridos, que logran verbalizar todo un proceso de vida con, justamente, este toque de novedad e irritación que la Buena Noticia necesita, en estos tiempos de la esloganización de buenas palabras por su uso inflacionario. «Santuarizar la ciudad se dice en relación con toda la efervescencia de la misión paradigmática de la Iglesia, o sea, en el espíritu de Aparecida, colocar todo (vale decir, toda la acción eclesial) en clave misionera…. En suma, un ambiente de santuario en la ciudad, en las calles de la ciudad…», le contestó Francisco en dicha entrevista a su pregunta: «¿Que es santuarizar la ciudad?» (p.111,112). Un ambiente de santuario en la ciudad, en las calles de la ciudad, o bien, donde la mayoría de la gente suele pasar los días antes de la Navidad: en el shopping.
El Shopping del Sol como gran pesebre
La primera vez que se planteó en una reunión, generó comentarios encontrados. Los pros y contras de toda iniciativa pastoral, alejada de las comodidades de nuestro movimiento, y rompiendo paradigmas, no es algo que enamore a primera vista.
Pero el Espíritu Santo obró. Contra todo pronóstico, todo imprevisto, y todo pesimismo, el pasado miércoles 14 de diciembre, se celebró una misa en el Shopping del Sol de Asunción, uno de los centros comerciales de mayor concurrencia de la capital de Paraguay.
Ha sido un trabajo mancomunado, ante el pedido de representantes de la Iglesia Arquidiocesana a nuestro Movimiento.
El principal motivador de esta iniciativa: el propio Cristo, que ha utilizado humildes instrumentos, para acercarse como pan de vida a sus hijos, y en esta oportunidad, de manera especial en un lugar donde muchas veces es olvidado.
Jesús quiso celebrar con nosotros. Preparar nuestros corazones en este tiempo de Adviento, y como siempre, ir a nuestro encuentro.
Un santuario es: «que haya un cura confesando todo el día» (Papa Francisco)
La Santa Misa fue presidida por el Padre Oscar González, Vicario General de la Arquidiócesis de la Santísima Asunción, y concelebrada por el Padre Santiago Cacavelos, de los Padres de Schoenstatt. Acolitaron, casi una decena de diáconos permanentes formados en la Arquidiócesis.
A partir de las 18 hs, el Rosario de Hombres Valientes dio inicio al rezo del Santo Rosario, que precedió la fiesta eucarística, y nos ayudó a preparar el corazón camino a ese encuentro.
Si bien la misa se desarrolló en un día laboral, con mucha actividad comercial, se notó que muchos “clientes” o visitantes del centro comercial, sorprendidos por la logística propia de la misa, se acercaban muy felices, a participar. Incluso en los minutos previos, se pudo observar a algunas personas que salían del shopping, acercándose a los sacerdotes allí presentes en la previa, para recibir el sacramento de la reconciliación.
Pastoral urbana
La Santa Misa inició a las 19 hs., y realmente se vivió una fiesta. Se sentía como si el shopping y el ruido alrededor no existiesen, y pudimos vivir esa Eucaristía íntimamente con Jesús.
Quienes que estuvimos sirviendo, sentimos que el Señor quiso convocar a varios movimientos y parroquias de las Arquidiócesis, a una misma mesa eucarística, siempre considerándolo como un gran regalo de su misericordia y de su amor.
¿Una misa en el shopping? Pues sí. Es a lo que está llamada nuestra Iglesia. A lo que está llamado nuestro Movimiento. Dar respuesta a lo que nos pide el Papa Francisco… ser una IGLESIA EN SALIDA, SER SCHOENSTATT EN SALIDA. El shopping ha sido solo el circunstancial primer lugar para descubrir ilimitadas oportunidades de ayudar al Señor a salir al encuentro de los demás. Principalmente en aquellos lugares en donde no lo conocen o simplemente no lo recuerdan, Él se acerca y se dona con todo su amor.
Y en este tiempo de Adviento, qué importante es recordar y tener presente a quién celebramos. Muchas personas habrán ido al shopping a buscar regalos de Navidad para algún familiar o amigo, recordando tal vez al panzón de traje polar rojo. Sin embargo, luego de este encuentro, y con el corazón renovado, supieron volver a sus casas anunciando con el gozo eucarístico, el verdadero significado de la Navidad, y lo que en verdad vale celebrar. A Cristo el Señor, que ha venido al mundo para dar su vida por amor a nosotros.
Que la fuerza del Espíritu Santo en este Adviento, nos dé la fuerza y la audacia para ser SCHOENSTATT EN SALIDA durante todo el nuevo año que se inicia.
