Foto: Fischer

Publicado el 2015-04-26 In Alianza solidaria, Schoenstatt en salida

“Los necesito a ustedes, al Movimiento”

PARAGUAY, Encarnación, Sonia y Johnny Zaracho, y Maria Fischer •

Parece un grupo de amigos de siempre que pasan la tardecita en una calle de la ciudad de Encarnación, disfrutando que el calor ha disminuido un poco y aún basta la luz del día para ver los rostros de los demás. Un matrimonio, unos jóvenes, sacerdotes, mujeres, hombres… y en medio de ellos una persona sonriente, con una cruz pectoral sencilla, la cruz de la unidad… Es Mons. Francisco Javier Pistilli, el nuevo obispo de Encarnación; el grupo se encuentra frente del obispado – no muy lejos de la «Casita de Schoenstatt» -, y son todos schoenstattianos que disfrutan de un encuentro tan espontáneo como informal con «su» obispo, con su Padre Francisco.

Fue «nuestro» obispo, dijeron Sonia y Johnny Zaracho, de Hohenau, desde aquel momento cuando en diciembre del 2014 comenzó a correr la noticia de su nombramiento por las redes sociales y desde aquel llamado con el mensaje: “Los necesito a ustedes, al Movimiento”… En casa, más tarde, ellos cuentan cómo fue la gran solidaridad del Movimiento de Schoenstatt de Encarnación en aquellas semanas de diciembre pasado:

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Así se inicio todo

“…. Suena el teléfono, una llamada, era el P. Joaquín Li, Cura Párroco de la Basílica San Roque González de Encarnación; y casi en voz entrecortada dice: “Los necesito a ustedes, al Movimiento, mañana Sábado a las 09,00 AM en mi oficina”, adelantándonos algunos detalles sobre lo encomendado para el acto de ordenación y posesión para nuestro Monseñor Francisco Javier Pistilli. ASÍ SE INICIO TODO.

Estuvimos puntualmente: Jorge Hrisuk, los matrimonios Blanca y Ricardo Franco y nosotros Sonia y Johnny Zaracho. Allí nos enteramos sobre lo encomendado al Párroco para tan magnánimo evento que se avecinaba y que no contaba con un apoyo logístico para hacer frente a la situación.

Previo recorrido del local, Jorge Hrisuk como Arquitecto hizo un bosquejo como una tentativa de proyecto, ubicando los lugares para los Obispos, los sacerdotes de la Diócesis e invitados, autoridades y la feligresía propia, lugares para ubicar a la MTA, el coro, el pesebre y arreglos varios.

Allí entre opiniones de los presentes, comenzaron nuestros corazones a latir con mayor fuerza, pues la responsabilidad que recaía sobre nosotros y por ende el Movimiento era grande. Existía espacio suficiente pero solo para 800 personas sentadas y los invitados serían 1500.

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Era nuestro evento, era nuestra fiesta, es nuestro Obispo

Desde ese día en que comunicamos a los grupos el pedido para ayudar en el evento, las redes sociales colapsaron y todos los grupos colaboraron, tanto de Encarnación como Colonias Unidas; y se acrecentaron los rezos diarios en los diferentes grupos y ramas. Se habían dispuestos varios grupos de trabajo, tanto en la ornamentación, pintura, logística para el recibimiento de los Obispos, sacerdotes y feligresía, así como a las Autoridades invitadas; pero ahí no terminaba el encargo, se tenía que recibir a los sacerdotes que viajaron desde otras latitudes, ubicarles en los hospedajes y el transporte el día del evento. Allí saca pecho el Movimiento recibiendo un sinnúmero de adherentes de los grupos quienes en forma puntual y corrección cumplieron exactamente con lo programado.

Se iniciaron los trabajos y cada ornamentación lograda y puesta en su respectivo lugar era aprobada por el P. Joaquín, quien estaba tan ansioso como un chiquilín al igual que todos nosotros. Era nuestro evento, era nuestra fiesta, es nuestro Obispo.

Tanto era la ilusión y preocupación de que todo salga bien, que tratamos de no dejar detalle alguno sin solución, poniéndonos en manos de nuestra Madre a la que pedimos insistentemente por el buen desarrollo del acto en sí. Además pedimos por nuestros visitantes para que regresen con un buen recuerdo de nuestra querida Encarnación.

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Un calor agobiante y una frase famosa

Ante la multitudinaria presencia de la feligresía, del Obispo Ortodoxo, del Embajador Paraguayo en la Santa Sede, cónsules acreditados de diversos países (Italia, España, Ucrania, Brasil), el Gobernador de Itapuá y el Intendente del Municipio, se abrió paso a la entrada de 150 sacerdotes de la Diócesis e invitados especiales, los Sacerdotes de Schoenstatt de la Región y 23 Obispos. Allí con ellos la figura de nuestro Obispo Francisco Javier Pistilli, quien en forma humilde y con alegría aceptó el aplauso caluroso de la multitud, iniciándose la misa y en un momento del mismo el rito de ordenación, el juramento de fidelidad y de sumisión hacia la Iglesia.

Pese a que estaban prendidos los ventiladores y las ventanas abiertas, el calor era agobiante, previéndose la provisión de unas simpáticas pantallitas de recuerdo que llevaban impresa el Escudo del Obispo y al dorso la nómina de Obispos de la Diócesis.

Todo valía a la hora de ayudar, allí colaboraron tanto los Grupos de la Rama Familiar, Rama de Madres, Pastoral de la Esperanza, Campaña del Rosario, la JM y JF, HVR, así como feligreses voluntarios de la Basílica. Nuestro encargo y compromiso era muy grande, pues era “nuestro Obispo” el que aceptaba con una humildad visible la designación papal para ese cargo, y que al efectuar sus primeras palabras ante la feligresía mencionó: “Tenemos que sudar la fe” ante el aplauso y la risa de los presentes.

Terminado el acto, los invitados fueron trasladados hasta un Salón donde se compartió un almuerzo y un brindis muy sencillo. Era la Fiesta, era lo que le habíamos pedido a nuestra Mater, que no se escape ningún detalle sin resolver, era nuestra Fiesta todavía dentro del Jubileo 2014 y como regalo a la Diócesis por la designación de nuestro Obispo. Allí donde nuestro querido P.F. José Kentenich miró desde la ciudad de Posadas, Argentina, a nuestra ciudad de Encarnación, viendo en ese tiempo una abundante boscosidad, y que según relatos de quienes le acompañaban habría mencionado: “así como la abundancia de árboles, así serán los seguidores de la Mater”.

Un detalle muy importante, durante la ordenación, un sacerdote entre todos los demás, con un lápiz y papel, apuntaba algunas palabras de tanto en tanto. Luego se transformó en un poema al Obispo Francisco Javier, escrito por el encanto de la pluma del P. Joaquín Allende (Chile) y presentado con música de María del Carmen y Pablo Viedma de Colonias Unidas en ocasión de la bendición de la Iglesia Santa María de La Trinidad (Tupãrenda), toda una joya para enriquecer nuestro repertorio musical.

Fue una Fiesta inolvidable para nosotros, recalcando que fue lo pedido a la MTA y así fue. Entregando a la Mater como capital de gracias el trabajo de cada uno por nuestro Obispo y por la conquista del Santuario del Sur».

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“Los necesito a ustedes”                              

«Cuando venga el Santo Padre a Paraguay y decida visitar Encarnación, ni cocina aun tengo para hospedarlo», dice Mons. Francisco Pistilli, entre risas, en el encuentro mencionado al comienzo. Quién sabe, tal vez habrá otro llamado: «Los necesito a ustedes, al Movimiento…».

La familia de Schoenstatt de Encarnación y Colonias Unidas se ha puesto a disposición de su Obispo, con sus proyectos, oraciones y con todo lo que son y hacen.

Más allá, miembros de la Pastoral del Santuario de Tuparenda, concretamente del Equipo de Liturgia, comenzó a ofrecer cursos en liturgia para sacerdotes y laicos en las distintas capillas de la diócesis. «Hay tantas capillas abandonadas por falta de sacerdotes que no hay misas en esas capillas, pero para la gente de las poblaciones siguen siendo importante. No queremos que pierdan su hogar, su vinculación local en la fe». Por esto, capacitan a laicos a hacer paralitúrgicas y liturgias de la palabra, bien preparadas. Un servicio en las Capillas de gran valor para el nuevo obispo.

«¿Cómo funciona lo de las casas solidarias?», preguntaba en aquella reunión. Ha leído en Schoenstatt.org sobre la iniciativa en las afueras de Asunción, de la construcción de 100 casas simples para familias necesitadas. «Un proyecto como esto falta en la diócesis”, dijo. Y agrega: “si en Asunción algún día no pueden seguir, invitaré a las 100 casas a Encarnación”. De todos modos, quiere entrevistar a Ani Souberlich para saber qué hace falta y cómo llevar adelante el proyecto, en la línea de lo que dijo en la predica de la Misa del 25 de marzo, con motivo de los 400 años de la fundación de la ciudad:

«Nos alegramos porque podemos escuchar el saludo de Dios en muchas voces de este tiempo, con cambios y desafíos, con testigos creíbles del Evangelio como el Papa Francisco. Nos alegramos porque hoy somos nosotros los protagonistas de una nueva etapa de anuncio del Evangelio que quiere llegar más lejos y más profundo que en otras épocas. Nos alegramos porque fuimos elegidos para participar y ser la comunidad de los nuevos misioneros que encarnan el Evangelio para nuevas generaciones”.

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Con material de la revista Tuparenda, 3/2015

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